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Antes vivía en la ciudad más peligrosa del mundo, ahora en la Heroica Ciudad Juárez

Por Rafael Navarro Barrón


Lo que son las cosas. Me acosté a dormir en la ‘ciudad más peligrosa del mundo’ y me levanté en la ¡heroica Ciudad Juárez! Qué cosa tan más agradable y certera, caminar por las calles de la ciudad, aplicando esa semántica milagrosa.
Y aunque el decreto que la hace heroica aún no aparece en el periódico oficial del Estado, ya escucho los coros celestes, las trompetas, las luces multicolores en el cielo… es el gozo de la población de pasar de la miseria de una ciudad rascuache; a una metrópoli cien veces estigmatizada (¡porque también gracias a Reyes Ferriz somos una metrópoli!) y ahora, a una heroica y patriótica urbe fronteriza.
Estoy feliz porque muchos juarenses no tienen qué comer, ni que vestir, porque muchos coterráneos están viviendo en la desesperación más espantosa de su vida al perder negocios y empleos, viviendo todos en una patria consumida por la sangre derramada en sus calles… pero despertamos en una ciudad ¡heroica!
El gozo inflama nuestros pulmones, al reconocer que nuestra amada ciudad, se ha convertido en una ciudad casi fantasmagórica, con 240 mil viviendas abandonadas, con miles de empleos perdidos, pero eso qué importa… el gobierno federal ya ¡ya nos revivió la casa de Adobe! ¡alabada sea la historia y las tropas que sirvieron al presidente Madero!
Ahora ya tenemos motivos para vivir en esta urbe llena de sangre e impunidad. Cuando la miseria nos hunda en una profunda depresión emocional, estaremos en posibilidades de realizar una peregrinación al parque de Las Moras a congraciarnos como mexicanos porque ya tenemos la réplica exacta de la casa de Adobe… frente a ese monumento a los 100 años de la Toma de Juárez comeremos bocanadas de aire y nos alimentaremos de un ambiente maderista, a falta de pan y tortillas.

LOS REFLEJOS DE UN DECRETO

Con el respeto al maestro y diputado local priísta que propuso el cambio de nombre a nuestra ciudad, debo de reflexionar con dureza, para censurar a los legisladores que acuden al Congreso a tramitar estupideces.
Otra vez, con el debido respeto, ¿qué no tendrán otra cosa qué hacer? ¿a quién diantres le importa en estos momentos de desesperación y pérdidas millonarias que la ciudad se llame de tal o cual modo? ¿cree el legislador que propuso la iniciativa que la ciudad le estará agradecido por colocar el cuarto nombre que lleva esta frontera desde su creación?
Qué delicia. Seguramente los integrantes del Congreso del Estado se levantaron hoy pensando que los juarenses estamos más alegres que nunca por la ciudad heroica.
¿Acaso se cree que en los próximos días las escuelas de la ciudad obligarán a memorizar el nuevo nombre fronterizo? Si es así, memoricemos: el nuevo nombre de la metrópoli que engrandece la figura del Benemérito de las Américas ya no será Ciudad Juárez (a secas), sino “Heroica Ciudad Juárez”.
Ese mágico nombre será efectivo cuanto se publique la decisión del Congreso del Estado en el Periódico Oficial del Estado.
La genial iniciativa partió del legislador Francisco González Carrasco, maestro de profesión, quien ganó la elección constitucional para representar a su partido, el PRI, en el congreso del Estado.
Recientemente, el mismo diputado, presentó la iniciativa de reforma a los Artículos 8 y 150 bis de la Ley de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente del Estado, con el objeto de prohibir el uso de bolsas plásticas no reciclables, así como, la creación de un programa que dé difusión al perjuicio y deterioro que causan las bolsas de plástico, que permita prevenir y controlar la contaminación del agua, aire y suelo en la Entidad,
Estimo el legislador, que es de suma importancia llevar a cabo una continua modernización en el Estado, con el objeto de mantener la protección y operar más eficazmente en el diverso ecosistema de las áreas naturales de nuestra entidad.
En aquella ocasión el diputado informó que menos del 1% de las bolsas se reciclan porque es más costoso reciclar una bolsa plástica que producir una nueva, además las bolsas plásticas son arrastradas hacia distintos lugares de nuestra entidad hacia nuestros lagos y ríos.

FIN A LAS BURLAS

Juárez necesita más que estridencias. Los eventos culturales y cívicos con motivo de los 100 Años de la Toma de Juárez no son otra cosa que el placebo con el que nos quieren inyectar ánimo; es el oxígeno al moribundo que requiere algo más que una morfina para aliviar por la infinidad de heridas sociales que nos causan un dolor de muerte.
Que venga el Ejército Mexicano y marche; que 400 jinetes de todo el Estado se unan a esa marcha militarizada, a esa toma simbólica, no es más que una salida ficticia a un problema real. Nada ocurrirá en el ánimo de los juarenses que estamos hartos de marchitas, de museos, de casitas de adobe, de eventos faraónicos y de pocas respuestas a las necesidades reales.
¿Qué pasó con el programa de regularización vehicular? ¿qué ocurrió con los 160 programas del Todos Somos Juárez? ¿qué ocurrió con los empleos reales que habrían de crearse? ¿¡que ocurrió con la seguridad!?
Los tres niveles de gobierno nos vienen a traer el circo, pero no nos acercan el pan, que es un auténtico grito de angustia de la población juarense que ha perdido empleos, casas, hijos y posibilidades de seguir estudiando.
Frente a la realidad de una ciudad hecha garras por la crisis de seguridad y económica, en donde las balas y los delincuentes reales matan a los pocos empresarios que se han quedado en la ciudad, porque se resisten a pagar las extorsiones, ver desfilar por las calles a los soldados, signo de atropellos y de ineficiencia en el combate contra el crimen organizado; observar a los caballos de los ricos del Estado de Chihuahua recorrer las avenidas fronterizas, no se constituye para los juarense en una ‘toma’ de la ciudad, sino en una burla.
Muy en el fondo de nuestro corazón el sentimiento es de molestia, porque el gobierno habrá de desplegar una cantidad suficiente de miembros de la milicia a los que se les da de comer, a los que se les transporta… todo a costillas del pueblo que se muere de hambre, que pierde el empleo que ha sido abandonado por los tres niveles de gobierno.
Y una real molestia que se cierne sobre esa misma realidad fronteriza son los caballos, los 400 cuadrúpedos que recorrerán las calles de la Heroica Ciudad Juárez, que comen y son tratados mejor que muchos de nuestros niños pobres.
De allí la indignación de muchos sectores de la población que exigen un alto a tanto show, a tanto acto mediático y absurdo.
Para los habitantes de la Heroica Ciudad Juárez las prioridades son otras. Poco a poco se han reducido a una sola: justicia en momentos de dificultad.
El gran número de extorsiones y robos de todo tipo que se han presentado en la ciudad no son otra cosa que el reflejo de una ciudad convulsionada por el coraje, por un real hartazgo.
Los delincuentes prefieren morir o ir a la cárcel que soportar más miseria. Sus acciones son injustificables, pero tienen el mismo peso que los actos que cometen muchos gobernantes y algunos legisladores que se burlan del juarense, de su dolor y de su miseria.
¿Qué no se equipara el robo corrupto de los funcionarios, con los actos de latrocinio de los delincuentes que viven en esta frontera? ¿no son igual de delincuentes los funcionarios públicos que toman dinero del pueblo, del narco y de los empresarios con los que hacen negocio, que los delincuentes comunes que andan en la calle cometiendo actos ilegales?
¿Heroica Ciudad Juárez? No es un distintivo que debemos agradecer, es una abierta burla a nuestra condición actual.
Solo se puede entender el término si se refiere a los que con heroicidad hemos soportado las crisis económica y delictiva; somos heroicos pero no por los héroes que aquí pelearon hace 100 años, sino por los que no bajan la guardia y siguen luchando aún y que los nefastos funcionarios públicos nos quieran ahogar con los altos recibos de agua y electricidad; somos héroes porque logramos sobrevivir a la Compañía de Gas Natural y sus cómplices en el gobierno que cobran lo que les da la gana sin que nadie les ponga un freno; somos también héroes por lograr sobrevivir al hombre más rico del mundo que nos cobra la telefonía celular y doméstica al precio que le da la gana, que nos corta los servicios arbitrariamente, que vende el tiempo aire a precios que son una auténtico robo.
Somos heroicos porque hemos aguantado a decenas de estúpidos funcionarios públicos que han venido a enriquecerse a Juárez o que han trabajado y trabajan en administraciones estatales y municipales, no obstante que son unos delincuentes y que tienen fama de ser auténticos ladrones.
Las efectivas acciones del gobierno estatal y federal en los últimos días, son un reflejo de intentar acabar con la impunidad heredada. Las auditorías a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, a la Secretaría Estatal de Salud, a la Secretaría de Educación Pública, para conocer la realidad que dejó el ex gobernador Reyes Baeza, son una muestra de que César Duarte de intentar hacer justicia. Es evidente, se nota el deseo de responder a las exigencias del pueblo.
Pero falta aún que se audite el nefasto gobierno de Reyes Ferriz y sus siete magníficos ladrones. La población estaría más tranquila observar a funcionarios nefastos y ladrones en la cárcel que una manada de animales, propiedad de ricos y hacendados (que son los únicos que pueden mantener a los equinos) que lo único traerán a ciudad Juárez es una estela de estiércol y de mal sabor de boca.
Escriba a Rafael Navarro dirjua@prodigy.net.mx
Artículos atrasados www.codigobering.blogspot.com

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